Encuentro con el escritor Fernando Alonso




FERNANDO ALONSO:

Desde niño tuve una especial afición por escuchar historias. Mi madre y el rector del colegio de jesuitas de Durango, donde estudié, el P. Conrado Pérez Picón, eran grandes narradores de cuentos. Ellos avivaron mi afición por escuchar historias y, más tarde, por narrarlas yo mismo. Esta afición me llevó, sin duda, a convertirme en un buen lector. Y, de ser un buen lector, a intentar convertirme en escritor. Sólo era una cuestión de tiempo.



BIOGRAFÍA:

Escritor español de literatura infantil. Nacido en Burgos; se licenció en Filología Románica en la Universidad de Madrid. Ha sido colaborador en programas radiofónicos infantiles, como Dola, dola, tiralabola (1976-1978) de Radio Nacional de España, con el que obtuvo el Premio Ondas en 1977. Funcionario de Televisión Española, ha ocupado el cargo de Jefe de la División de Investigación y Documentación de Programas Infantiles-Juveniles y Jefe de la Unidad de Producción número 8.

Como especialista de literatura infantil y juvenil ha dirigido series de programas audiovisuales para el Ministerio de Cultura, ha sido y es miembro de diversos jurados literarios nacionales e internacionales y participa habitualmente en congresos y conferencias sobre su especialidad.

Su primer libro, Feral y las cigüeñas (1971), fue declarado Libro de Interés Infantil en 1981 por el Ministerio de Cultura, como también lo habían sido El hombrecillo vestido de gris (1978) el mismo año de su publicación, que había obtenido el Premio Lazarillo en 1977, y El hombrecillo de papel (1978) en 1979, año en el que también figuró en la Lista de Honor del Premio Andersen. Escritor de tendencia realista, con gran lirismo se adentra en conflictos sociales y de desarrollo personal, aunque también ha hecho incursiones en otros géneros más fantasiosos, como el nonsense, con

obras como Sopaboba (1984). En 1999 corrigió el texto de El misterioso influjo de la barquillera. En 1995 comenzó a escribir Las raíces del mar. A la mitad del libro tuvo un bloqueo creativo que aprovechó para escribir Mateo y los Reyes Magos.



Semblanza personal



Nací en la ciudad de Burgos en 1941.

Mi familia es burgalesa por parte de madre y asturiana por parte de padre.

Estudié la mayor parte del bachillerato en el País Vasco. Me trasladé a Madrid para estudiar en su Universidad; y es en Madrid donde fijé mi residencia y donde he desarrollado mi vida profesional en el campo editorial y en la televisión.

Muy joven comencé a viajar por Europa. Luego por razones de trabajo y, también de vacaciones, he viajado por más de veinte países repartidos por cuatro continentes.

Mi esposa es de Filipinas y, por consiguiente, mis hijos son hispano-filipinos.

Desde hace treinta años estoy medio afincado en el pueblo de Nerja, en la Costa del Sol Oriental de Málaga.

Todo este trasiego geográfico y vital me ha privado, sin duda, de sólidas raíces y de una patria chica sentida como tal; pero me ha proporcionado otras que considero más útiles, profundas y universales: una visión amplia del mundo y de sus gentes; comprensión y aceptación de todos los problemas personales, culturales y sociales; espíritu abierto, solidaridad y tolerancia.

El arte es una de mis grandes aficiones. Quizá por eso me dejé convencer cuando me propusieron ilustrar mi libro El hombrecillo de papel.

Siento una gran pasión por la mar; necesito respirar su aire; perder la mirada sobre sus olas, para poder encontrarme a mí mismo; navegar...

Nunca supe explicar esa misteriosa y profunda atracción que sentimos tantas personas que hemos nacido lejos de la costa. Esa fue, sin duda, una de las razones que me impulsaron a escribir Las raíces del mar.

He luchado por conseguir y realizar todas las cosas que soñaba y me gustaría que también los demás pudieran hacerlo.

Éste fue, sin duda, uno de mis pensamientos cuando comencé a escribir El hombrecito vestido de gris.

Me entusiasma estar con mis amigos. El amor y la amistad son las dos cosas que más valoro en esta vida y he tenido la suerte de sentirme realizado en ambas. Tengo la fortuna inmensa de contar con muy buenos amigos. Alguna de estas amistades han surgido gracias a mis libros. Ésta es la máxima satisfacción que me ha proporcionado mi obra literaria.

Deseo que mis libros también sean útiles a los lectores; que sirvan para animarlos a seguir leyendo; que los impulsen a conocerse mejor y a quererse más; que dibujen entusiasmo en su mirada y que les ayuden a pensar que no están solos.